LA CALLE REAL...LUCIANO EL PRIMARIO
LA CALLE REAL
MAYO 6 DE 2015
Armenia Quindío
LUCIANO
EL PRIMARIO
Gilberto
Montalvo Jiménez.
Para caer en perogrullada ese congreso
de Colombia es una cueva indignante donde se cuecen todas las desgracias de
este país. Junto a la “justicia” son tan desprestigiados como el mismo presidente Santos si nos atenemos a las encuestas de Gallup y Cifras y Conceptos que nos
indicaron la semana inmediatamente anterior qué criterio tienen los que viven
en este país de la sustancia estructural de un estado fallido.
Y por supuesto que quienes tienen asiento
en esa Cueva de Rolando son expresión auténtica de una sociedad arrastrada por
la indolencia y la falta de criterio. Por supuesto, que ahí me cuento por
idiota.
Luciano Grisales es un congresista
quindiano escogido a dedo por una cáfila que ha mangoneado toda la vida el
paisaje político regional y por designio autónomo de la mano negra del jefe de la asociación política
más perversa que ha tenido la región en toda su historia.
Son evidentes los resultados de una sociedad
decadente que si no fuera por el esfuerzo de los empresarios privados-porque
también los hay politiqueros, por supuesto- y un paisaje que se vende solo,
estaríamos en la fosa de la indignidad total.
El lunes último vino el presidente
Santos en acto demagógico, claro está, hizo un recorrido por el Túnel de la Línea para mostrar los avances de una obrita que lleva ochenta
años en el numen de los incapaces que han manejado este país. Algo es algo. Por
lo menos dijo que en noviembre del 2016 estará terminada con viaductos, puentes
y alegorías. La esperanza es lo último que se pierde.
Una obrita de 8.6 kilómetros nos ha
llevado 8 años con pulsos de diferente orden y ,que como siempre ocurre, los
angurriosos contratistas de obra pública comienzan con un presupuesto y luego
hay que embutirles muchos miles de millones
más para saciar su innegable posición de
tramposos. Esa fue la maniobra de Carlos Collins el superdueño del Consorcio
Segundo Centenario.
Si no hubiese sido por la gobernadora
Sandra Paola Hurtado que se midió cuerpo a cuerpo retando los intereses particulares de los contratistas
no tendríamos esa obra de nuevo en camino.
Sin Piedad Correal Rubiano, la defensora del pueblo, quien puso su capacidad
para alertar dejando en manos de la
justicia los atropellos ambientales y las voces solitarias de la fundación
Cosmos, tampoco estaríamos frente a una
nueva posibilidad de solución del asunto.
Pero no podía faltar el histérico.
Luciano Grisales representante salido de la oscura nada de la politiquería
liberal usó algunos medios de comunicación que le amplifican sus barbaridades para
arremeter contra un acto protocolario con alusiones injustas o por lo menos
descorteces con quienes han hecho esfuerzos para no dejar birlar la obra más
importante para este país en materia de infraestructura pública.
Grisales haciendo uso de su natural
elementalidad y con su sentido primario de las cosas atribuyó la lentitud de la
obra a la gobernadora en un acto mezquino arguyendo que hubo mucha parafernalia
en el recibimiento del presidente. El que no ha visto una vaca la boñiga lo
embiste. Normalito el evento. Pero tenía que joder en aras de hacerse notar.
Se le olvidó a Grisales Londoño que él
tiene unas responsabilidades públicas con esta región y es en el congreso, su
escenario natural, donde debe ejercer la crítica y efectuar el control político
que se necesita frente a los atropellos que se han cometido como en el caso del
Túnel. Hablar mierda por un micrófono prestado en Armenia es fácil pero como
sabe que en esa cueva bogotana no tiene audiencia
para realizar un debate político, porque no tiene con qué ni cómo, pues lo más fácil
es politiquear en la veredita.
Con razón un amigo advierte con fino
humor que cómo será de cruel la situación que se añora al representante
calarqueño Faber Giraldo, un hombre que llegó a la cámara por esos artes de birlibirloque y
que no se le conoció nada distinto a contestar
a lista y eso que lo hacía con un clic en el ordenador porque nadie supo cómo
modulaba y en cuatro años de vez en cuando se sabía de su presencia en el sagrado
hemiciclo de la cámara de representantes
porque se advertía una voluminosa panza difícil de ocultar. Nada más.
Lo más grave de Grisales fue que se asustó
viendo unas danzas y unos muchachos que se hicieron a lado y lado de las
alturas del Túnel a los 3.250 metros sobre el nivel del mar porque había más
gente que cuando hizo el lanzamiento de la candidatura de su aspirante a la alcaldía
de Armenia, Carlos Mario Álvarez, en el
Club de Bolos.
Primario y elemental. Pero así estamos
en representación, porque también, dónde
andan los otros que no sabemos si a lo mejor todavía respiran.
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