jueves, 4 de mayo de 2017

MANIPULACIÓN PERVERSA

LA CALLE REAL

Armenia, mayo 4 de 2017

MEDIOS


MANIPULACIÓN PERVERSA O  FILTRACIÓN INDEBIDA

Gilberto Montalvo Jiménez


En este país desinstitucionalizado ha hecho  carrera perniciosa que los procesos judiciales, con la alcahuetería de algunos inescrupulosos empotrados en la rama, se ventilen en los medios a través de filtraciones indebidas o ilegales.

Un caso patético se presentó en los últimos días en el departamento del Quindío cuando una fiscalía filtró un escandaloso proceso y se lo confió a un individuo que se ha empotrado como periodista en un medio de comunicación virtual.

El dueño de una página que se hace llamar “Periodismo investigativo” es un inescrupuloso valido de relaciones incestuosas con otros de igual talante que no tienen el rigor que se exige a quienes administran justicia para volver en escándalo mediático lo que debe tener la reserva y el tino por parte de quienes manejan estas importantes responsabilidades en la sociedad.

El hecho, noticioso por supuesto, de dos empleadas del diario La Crónica, se ha usado como un fuete contra el medio de comunicación sin observar que nada tiene que ver con las actividades personales de cada uno de sus colaboradores.

La Crónica responde por su orientación editorial.

Se ha reiterado ene mil veces que en Colombia no existen delitos de sangre o colaterales con el ejercicio de relaciones obrero patronales.

Cada quien debe responder por sus actos frente a la justicia y es sola ella en su infinita sabiduría la  que debe  tomar las decisiones que debemos acatar y respetar todos los ciudadanos.

Daba náuseas leer el libelo intimidatorio del tal “periodismo investigativo” cuando filtran elementos importantes del proceso que solo hoy tendrán respuesta de un juez de garantías sobre la situación judicial de las encartadas en un presunto homicidio agravado y porte ilegal de armas.

Se nota a la legua la manipulación de un tipo sin los elementos básicos de formación integral periodística para hacer daño, no solo a dos encartadas que deberán responder si son judicializadas por los presuntos delitos, si no a La Crónica que nada tiene que ver con este entuerto.

Se nota la intención de perjudicar con el escándalo al matutino local sin calcular que se le está haciendo un daño a la justicia.

El nuevo director de fiscalías José Dorancé Pineda, ha llegado con ímpetus y a quien le debemos creer que va a hacer una gestión trasparente y ágil de acuerdo a las directrices del fiscal general, deberá acabar con la alcahuetería de un contubernio malévolo entre el “periodista”, dueño de las “primicias judiciales”  quien se pavonea como Pedro por su casa en todas las instancias del palacio de justicia.

Las tales “primicias” no son más que manipulación indebida de procesos que ameritan el rigor y la transparencia de los mismos.

Con una publicación torticera, como la en comento, se ha contaminado de cabo a rabo el proceso y las consecuencias van a ser terribles porque los abogados de las señoras inmersas en el asunto invocarán que se violó el derecho a la intimidad y al debido proceso.

Flaco servicio se hace a la comunicación de la fiscalía en Armenia cuando todo debe obedecer a un rigor, por supuesto claro y transparente, y donde concurran todos los medios de comunicación interesados en los asuntos.

Una cosa es el periodismo al servicio de la justicia cuando por su cuenta destapa, como ha pasado en Colombia, las ollas podridas que son posteriormente judicializadas y otra muy distinta que un correveidile use de manera delictuosa y truculenta información clasificada para aparecer como el gran  periodista investigativo.

Que este ejemplo sirva  para que se tomen los correctivos por parte de las autoridades judiciales y se elimine de una vez por todas “privilegios informativos” que no son mas que perversas manipulaciones.

El periódico local tiene la obligación de informar sobre el asunto, sea cual sea la decisión de un juez, aunque reitero fuera de sus responsabilidades la actitud externa de algunas personas a quienes se les ha depositado confianza y han violado elementales principios de lealtad.

El diario La Crónica no puede responder por agentes comerciales inmersos en actividades fuera de su alcance, sólo tiene la obligación rigurosa de informar  y explicar de manera contundente su pensamiento sobre un caso en el que nada tiene que ver pero que los ojos de la comunidad están encima por el perverso mal que se le ha tratado de infligir.



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