LA CALLE REAL...LA CODICIA DE LA PRIMERA PLANA
LA CALLE REAL
Armenia,
octubre 23 de 2017
LA
CODICIA DE LA PRIMERA PLANA SACRIFICA LOS CONTENIDOS Y LA ESTÉTICA
Le Monde
.-
Posverdad+ manipulación= desinformación
Gilberto
Montalvo Jiménez
Las
salas de redacción en los medios tradicionales eran verdaderos laboratorios donde se exigía
contexto en los contenidos, rigor idiomático y estética en su presentación.
Entonces
el síndrome de la chiva, efecto revaluado hasta la saciedad por nocivo y
trasgresor, dejó sinsabores que sirvieron de acicate para estimular la investigación
y el decoro en el momento de entregar las informaciones con verdadera cautela.
Se
llegó a la conclusión sabia de que es mejor presentar una información tarde
pero bien elaborada.
El
buen escribir no riñe con la inmediatez con que debe entregarse al público el contenido
final, por el contrario, es una exigencia de mayor valor.
La
codicia informativa no puede sacrificar el rigor.
Ahora
con la evolución supersónica de la
comunicación a través de la multimedia, redes, internet y los nuevos fenómenos,
han hecho irrupción unas maneras atípicas que generan toda suerte de falacias,
posverdades, manipulaciones y rompimiento del decoro.
Estas
neo-comunicaciones no pueden ser incompatibles con irrefutables principios,
incluso no escritos, de la buena comunicación.
Gravísimo,
incluso, el manejo de las manipulaciones por parte de bots que reciclan
intereses particulares para lograr una masiva distorsión de la verdad verdadera.
Son
utilizados como mecanismo perverso para torcer voluntades especialmente en los
procesos políticos con ejemplos evidentes que resuenan aún en los oídos de los
bien informados en recientes manipulaciones que dieron al traste con la verdad
sacrificándola en beneficio de veleidosos en busca de poder.
Parece
que la exactitud, la honestidad, el buen uso del rudimento idiomático no importara.
Hay
defensores a ultranza de la mala calidad de textos, titulares, contenidos con
el abusivo argumento de la inmediatez.
No
se puede sacrificar la cultura enjundiosa que debe transmitirse en estos vehículos
para llenarlos en contrario de basura como en una bola de nieve que genera perturbación
en el receptor y degradación del emisor.
La
avalancha de falacias amén del discutido fenómeno de la precariedad idiomática y
la sintaxis perdida en el laberinto de la vanidad mediática se está convirtiendo
en una excusa para atiborrar de basura y de desechos los contenidos.
Para
muchos las fuentes no importan, las evaluaciones, confrontaciones y el tamiz son cosas del pasado porque les
interesa es que tan rápido entregan “sus
desechos”
Finalmente,
complicado que algunos gobiernos hayan comenzado el camino peligroso de las cortapisas
a estos fenómenos modernos de comunicación.
Hay
ejemplos en algunos países que han creado barreras legales para evitar el
fraude comunicacional con mentiras y falacias.
No
es deseable que esto ocurra.
Entretanto,
debemos retornar especialmente los receptores, la calificación del origen de las informaciones,
evaluarlas, meterles baza con la confrontación de medios identificados y serios.
Allá
tenemos que llegar tarde o temprano.
1 Comentarios:
Lamentablemente este es un mal heredado de la posmodernidad y cara terizado por relajamiento moral y la inmediatez. Hoy el periodismo en lugar de vigilar al funcionario y al político, se hacen sus amigos, sus amanuences, sus socios, sus familiares y hasta sus comensales. Total, poco podemos esperar si de la verdad informativa se trata.
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