TORRE DE BABEL MACONDIANA
LA CALLE REAL
Armenia, octubre 21 de 2022
TORRE DE BABEL MACONDIANA
Gilberto Montalvo Jiménez
Cuarenta y ocho idiomas donde el más curtido políglota pudiese considerar
una babel espléndida reposando en 371 volúmenes del reino de Macondo. Y no es
pirotécnica verbal calcada del Nobel al que hoy hace cuarenta años le fue anunciado el máximo galardón que lo condenó a la inmortalidad; no,
es un rincón de buen gusto y aplaudida sincronía de relojero suizo en las
entrañas de Armenia en el departamento del Quindío, Colombia.
El ingeniero Jorge Iván Salazar Palacio cuya
obsesión matemática no le permite dejar nada al garete hace 15 años se le
prendió el foco luminoso y tras las huellas de Cien Años de Soledad emprendió
la más insólita correría por el mundo de Macondo.
Nada lo ha dejado al desgaire todo es puntual
y anecdótico porque no se sabe si es más deslumbrante observar de
primera mano la más ortodoxa biblioteca de Cien años de Soledad en el
mundo o escuchar de modo delirante contar
una a una las peripecias de la consecución de tan majestuoso tesoro. Hay
ediciones originales de Suramericana en Buenos aires o una príncipe en chino
que tiene por observancia haber sido un ejemplar pirata. Incluso cuenta Jorge
Iván que existe uno de ellos firmado por
el propio Gabo, anda tras el.
Versiones en Ruso, italiano, francés, español
todas, alemán, polaco… en fin en 48 peculiares y distintas manifestaciones del
verbo de los mortales.
Este museo, como mandan los cánones, esta
finamente conservado en unos entrepaños barrocos que le imprimen cierto aire de
solemnidad.
Además de esa maravillosa colección interminable de uno
de los libros más editados y leídos del mundo existen en ese rincón macondiano
joyas de la naturaleza de entrevistas de Gabo en Play Boy o ejemplares
originales de la revista Cambio y Alternativa fundadas y aupadas por el genial
Nobel.
Nada en la más grande biblioteca del mundo
sobre Cien Años de Soledad en el refugio del ingeniero Salazar es por azar.
Tiene en la voz de Gabo las lecturas pausadas y majestuosas de su libro
insignia y oh sorpresa un larga duración en vinilo de Daniel Santos haciendo un
tributo a García Márquez con una extraño tema de Antonio del Vilar “El hijo del
telegrafista”
Un tesoro que coge en sus manos, el más apasionado
seguidor de Gabo, como aquello perteneciente a la elite de un grupo de
poderosos del mundo, el Club de los 91,
en donde posan sus sentaderas personajes como Bill Clinton y que editó la empresa
Telecom de Italia para ese selecto grupo de insignes pasajeros de este recorrido mundanal.
La atracción de la biblioteca más importante
de Macondo en el mundo es tal que su imán traspasa todos los límites y cuando a
alguien se le ocurrió presentarla a los Record Guinness le contestaron con una
amable misiva donde advertían que es tan grande que no hay ninguna para
compararla. Dicho todo, es única.
Jorge Iván Salazar Palacio hoy puede ser el
hombre más feliz para no quedarse atrás de su más sobresaliente
biblioteca sobre Cien Años de Soledad en el mundo.
Cuando hace cuarenta años anunciaron el Nobel
para Gabito, según sus más cercanos, Mutis, su amigo, al ver el frontis de su
palacete en Ciudad de México adornado de múltiples coronas de llamativas flores
espetó: ¡Por Dios se murió Gabo¡ y respondió el genio “ Peor, me gané el Nobel "
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