jueves, 25 de agosto de 2016

LA CALLE REAL..FERNANDO ALONSO MONFORT

Hace dos años partió al viaje indefinido el gran médico y entrañable amigo FERNANDO ALONSO MONFORT.

Recuerdos

LA CALLE REAL
Agosto 25 de 2014



FERNANDO ALONSO MONFORT

Gilberto Montalvo Jiménez


Nunca perdió su inmenso carisma adobado por una perfección cultural de asombro. Fernando fue un consecuente con su manera de ser, desprendido, amable, jovial, sin dejar su profesionalismo como fisiatra de campanillas.

Con Humberto Yañez, Hernando Mejía y Jairo Olaya, entre otros, teníamos interminables noches de bohemia cuando expectante nos mostraba en su cámara profesional de fotografía  las tomas espectaculares de su adorada Alba Cecilia. Recuerdo una en donde su consentida consorte afinaba de calado un sobrero de gitano acento.

Fernando era auténtico. Nunca resignó la tortura de su patria natal cuando la falange era el cotidiano de un Franco inquisidor y estúpido dictador.

Religiosidad sin profundizar  estaba en el interior de su catadura y esa manera sutil de experimentar hacia sus amigos la decencia que le habían impartido los Salesianos, su primer encuentro con la generosidad.

Hace un buen tiempo le veíamos en nostalgia como una manera triste de su alegría de antes.

Su  seseo incomparable y profundo parecía en sus interminables elucubraciones una sinfonía de Peter Ilych Tchaikovsky.

Enseñaba por naturaleza a cada instante  porque sus momentos fueron siempre magistrales. En mi caso me premió  con su acentuada manera de reforzar la amistad  a través del comentario unas veces urticante y otras de infinita benevolencia.

Alba, Fernando, Mauro y Alejandra se han privado de un ser sin esguinces y aunque mucha falta va a hacer jamás se podrá olvidar al generoso y auténtico médico que más parecía un samaritano en trance buscando el éter con su servicio sin molestias.

Hace poco tendió su mano generosa cuando mi hija Luis Fernanda, a quien admiró de patriarcal manera, quiso enfrentarse a sus Pilates, nunca ofreció nada distinto a su generosidad que la juntaba con la de Alba Cecilia para solo pedir que la genial saxofonista pudiera tener su instrumento musical en jornadas aun por experimentar.

Nos ha dejado por un momento Fernando Alonso Monfort, una de esas personas difíciles de olvidar porque su talento y exquisitez fraternal dejan huella indeleble en los que aun creemos que la amistad es un tesoro que uno nunca espera pero que el destino nos premia con personas como el entrañable amigo que se fue.

A todos a los que nos sirvió con su desinteresada manera  de ser  nos deja un mensaje de que si nada en el mundo  es gratuito la recompensa no es solo el dinero.

Chao, viejo del alma.


2 Comentarios:

A la/s 1 de marzo de 2020, 9:21 a.m., Blogger Unknown dijo...

Hace tiempo que le conocía, desde que se marchó de Benicasim (Castellón) no he sabido nada de el, aunque en varias ocasiones he intentado localizarle.
Gran persona, lo siento muchísimo.

Felipe Morales

 
A la/s 4 de septiembre de 2022, 9:40 a.m., Blogger Dionisos Pla dijo...

Lo conocí en Castellón de la Plana, Valencia, durante el final del bachiller y principios de la carrera (yo derecho, él medicina). Guateques y bailes de adolescentes. Tenía un gran éxito con las chicas. Estuve en su casa de Chirivella con su simpática madre. Después yo marché a Barcelona y le perdí la pista. Una vez, pasando por Benicassim tuve ocasión de saludarlo en su casa con su mujer: ya tenía proyecto de abandonar España. Años después me enteré por internet que ejercía en Colombia.
Una gran persona de las que nunca te olvidas. D.E.P.

 

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