lunes, 22 de agosto de 2016

LO QUE NO TIENE NOMBRE

LA CALLE REAL

Como homenaje a Piedad Bonet agraviada por unos imbéciles


http://www.elespectador.com/opinion/historia-de-un-oprobio

‘LO QUE NO TIENE NOMBRE’


EL MÁS RECIENTE LIBRO DE PIEDAD BONNETT


Gilberto Montalvo Jiménez

Armenia, marzo 11 de 2013

Para una madre que pierde a su hijo en medio de  las vicisitudes y  la nostalgia predominante en el entresijo no es nada fácil compartir sus sentimientos en ondas multiplicadoras a través de líneas majestuosas llenas de emoción y dolores entrañables.

Expiar fantasmas a través de la literatura debe ser un designio nada fácil y menos cuando  encuentra la narradora  cierta culpabilidad que solo existe en el sentimiento maternal de la ilusión que se ha ido sin explicación alguna.

Pero más allá de lo insondable de perder al hijo que tenía en su existencia todo por  hacer, entre tantas cosas,  afinar sus trazos hermosos que dieron vida a cuadros de elegancia sublime y que arrobado por la esquizofrenia que lo lanzó al vacío le arrebataba a la poeta parte de si aunque  su sublime paciencia la hizo descansar con lo que calificó de ‘no tener nombre’ despertando en cada madrugada a escribir las páginas de su última obra en prosa.

Era tanta la inconsistencia de sus realidades que Piedad no se atrevió a pensar y escribir en poesía, en este su caso íntimo, donde es de alta estirpe y alcurnia singular.

Los 28 años de vida de Daniel fueron tal vez las mejores horas de Piedad Bonnett  aunque ante la llamada incierta para confirmar lo indefinible hicieron que cayeran como castillo de naipes todas la vanas ilusiones que se había forjado dejando a expensas de los siquiatras el destino del hijo perdido en el túnel de las sinrazones del ser humano.

Las visiones fantásticas y recurrentes de Daniel que no lo dejaban afuera del desespero se hicieron  superiores  a las mágicas percepciones de Piedad que han hecho de su estro la más grande de nuestras poetas contemporáneas.

No es extraño que la escritora haya logrado sin dramatismos convertir el dolor de la pérdida de su hijo en creatividad a favor del arte del buen escribir.

Cuando Piedad al timbre sonoro de la voz de su hija Renata  para que convirtieran los restos de Daniel en sustancia útil donando su órganos resignó por momentos esta  posibilidad pero un designio extraño hizo que en breve modificara su posición y hoy lo mejor de su entrañable hijo está en otros cuerpos y en otras almas que circulan llevando un pedazo de su existencia no perdida.

Piedad nunca ha sido egoísta quiso con su libro LO QUE NO TIENE NOMBRE hacerse propietaria de la trágica pérdida de su hijo Daniel pero compartir con sus lectores en un alarido libérrimo el dolor hecho arte.

El amor exacerbado de esta madre poeta por su hijo hizo que su creatividad estuviera al servicio del  dolor personal pero más allá como una muestra de independencia mental en favor de la libertad.

Piedad honra las letras de nuestro idioma y pertenece a esa notable estirpe de quienes tienen la reciedumbre de no hundirse en la tragedia por más que esta le hubiera  arrancado  un pedazo de su ser.






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