LO QUE NO TIENE NOMBRE
LA CALLE REAL
Como homenaje a Piedad Bonet agraviada por unos imbéciles
http://www.elespectador.com/opinion/historia-de-un-oprobio
‘LO QUE NO TIENE NOMBRE’
Como homenaje a Piedad Bonet agraviada por unos imbéciles
http://www.elespectador.com/opinion/historia-de-un-oprobio
‘LO QUE NO TIENE NOMBRE’
EL MÁS RECIENTE
LIBRO DE PIEDAD BONNETT
Gilberto
Montalvo Jiménez
Armenia, marzo
11 de 2013
Para una madre
que pierde a su hijo en medio de las vicisitudes y la nostalgia
predominante en el entresijo no es nada fácil compartir sus sentimientos en
ondas multiplicadoras a través de líneas majestuosas llenas de emoción y
dolores entrañables.
Expiar fantasmas
a través de la literatura debe ser un designio nada fácil y menos cuando
encuentra la narradora cierta culpabilidad que solo existe en el
sentimiento maternal de la ilusión que se ha ido sin explicación alguna.
Pero más allá de
lo insondable de perder al hijo que tenía en su existencia todo por
hacer, entre tantas cosas, afinar sus trazos hermosos que dieron vida a
cuadros de elegancia sublime y que arrobado por la esquizofrenia que lo lanzó
al vacío le arrebataba a la poeta parte de si aunque su sublime paciencia
la hizo descansar con lo que calificó de ‘no tener nombre’ despertando en cada
madrugada a escribir las páginas de su última obra en prosa.
Era tanta la
inconsistencia de sus realidades que Piedad no se atrevió a pensar y escribir
en poesía, en este su caso íntimo, donde es de alta estirpe y alcurnia
singular.
Los 28 años de
vida de Daniel fueron tal vez las mejores horas de Piedad Bonnett aunque
ante la llamada incierta para confirmar lo indefinible hicieron que cayeran
como castillo de naipes todas la vanas ilusiones que se había forjado dejando a
expensas de los siquiatras el destino del hijo perdido en el túnel de las
sinrazones del ser humano.
Las visiones
fantásticas y recurrentes de Daniel que no lo dejaban afuera del desespero se
hicieron superiores a las mágicas percepciones de Piedad que han
hecho de su estro la más grande de nuestras poetas contemporáneas.
No es extraño
que la escritora haya logrado sin dramatismos convertir el dolor de la pérdida
de su hijo en creatividad a favor del arte del buen escribir.
Cuando Piedad al
timbre sonoro de la voz de su hija Renata para que convirtieran los
restos de Daniel en sustancia útil donando su órganos resignó por momentos esta
posibilidad pero un designio extraño hizo que en breve modificara su
posición y hoy lo mejor de su entrañable hijo está en otros cuerpos y en otras
almas que circulan llevando un pedazo de su existencia no perdida.
Piedad nunca ha
sido egoísta quiso con su libro LO
QUE NO TIENE NOMBRE hacerse
propietaria de la trágica pérdida de su hijo Daniel pero compartir con sus
lectores en un alarido libérrimo el dolor hecho arte.
El amor
exacerbado de esta madre poeta por su hijo hizo que su creatividad estuviera al
servicio del dolor personal pero más allá como una muestra de
independencia mental en favor de la libertad.
Piedad honra las
letras de nuestro idioma y pertenece a esa notable estirpe de quienes tienen la
reciedumbre de no hundirse en la tragedia por más que esta le hubiera
arrancado un pedazo de su ser.
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