jueves, 2 de marzo de 2017

LA CALLE REAL LLEGO EL MOMENTO DE ROMPER LAS CADENAS

LA CALLE REAL
Armenia, Febrero 2 de 2017


CARLOS MARIO ALVAREZ MORALES
Alcalde de Armenia

LLEGÓ EL MOMENTO DE  ROMPER LAS CADENAS

Gilberto Montalvo Jiménez

“Cuando termine mi mandato en 2019 aspiro a que la ciudadanía me recuerde como un hombre honesto, que hice las cosas bien y además subrayo: no tengo aspiraciones políticas”

Con estas palabras está dicho lo que el alcalde de Armenia quiere, y se le debe creer, porque no hay duda de que es un ciudadano de condiciones especiales, formado en la academia, alejado de  los pecaminosos vericuetos de  la politiquería y que por esas cosas de la vida se ha convertido en el rehén número uno de una desprestigiada clase politiquera que tiene azotada la ciudad.

La mejor definición de los carceleros del alcalde la dio un exfuncionario cuando  advirtió que en ese movimiento carrielista se ha confundido una empresa para negocios particulares con el servicio público de la política.

No le falta razón.

La decisión de Carlos Mario Álvarez de aceptar la renuncia a varios funcionarios en término de horas y encargar mientras proveé en propiedad es un anuncio a la ciudadanía de que en esta oportunidad va a tomar las riendas directamente de la ciudad, determinación que han aplaudido divergentes sectores de opinión.

Una cosa es cumplir compromisos políticos con gentes honradas y capacitadas en el ejercicio de la función pública y otra muy distinta estar obedeciendo órdenes como borrego.

Quien fue elegido el 26 de octubre de 2015 fue Carlos Mario Álvarez y no Luz Piedad Valencia y su corte.

Llegó el momento de que se acabe el sanbenito de que habían elegido un alcalde más no un mandatario.

Carlos Mario Álvarez ha venido rodeándose de varios sectores empresariales y de líderes de opinión que, no cabe duda, respaldarán su trabajo sin condiciones.

Le creen y lo respetan.

Es claro que el alcalde le ha arrebatado a la voracidad clientelista el almendrón desde donde se operaba la contratación pública a dedo.

Las fichas claves del carrielismo en la oficina jurídica (qué miedo), en la Edua, Epa, Amable y Administrativa, hacían parte del enclave para usufructuar las canonjías presupuestales.

Separar el sumun del entorno pernicioso de los negociantes es un golpe certero a la molicie y un rescate  a la dignidad y el respeto que debe acreditar el mandatario de los armenios, que de paso le dará tranquilidad para no verse, involuntariamente, metido en problemas con la justicia.
Álvarez Morales, al final es el que firma y ordena, mientras los usufructuarios se llenan los bolsillos y pasan de largo y de agache sin ningún problema.

A los aliados se les respeta pero cuando se hacen acreedores a la confianza y a ese mismo respeto, de lo contrario hay que alejarlos para evitar dolores de cabeza y más un joven promisorio que proviene de una familia honrada que  no puede darse largas para que lo involucren en desmanes.

Armenia está pasando por toda suerte de problemas.

La valorización desfinanciada, las obras no arrancan porque dejaron amarradas unas contrataciones perniciosas, se arrogaron a toda velocidad convenios leoninos para dejar la ciudad en bancarrota.

Deudas de más de 70 mil millones y sin capacidad de refinanciar o buscar nuevos créditos.

La recaudación por el sistema de Valorización no ha sido la que el cronograma previó y las problemáticas con obras como el “Deprimido”, el Centro Comercial Armenia, El Centro Metropolitano de Cultura y otras contratadas que no empiezan son un lastre que el alcalde debe enderezar.

Frente a los gremios admitió el alcalde de manera valiente que se va a tener que dar un timonazo a las obras y modificarlas para trabajar con lo que hay.

Le va a tocar asumir esos riesgos porque eso fue lo que le dejaron sus mentores politiqueros.

Le llegó el momento a Carlos Mario Álvarez de demostrar que es él  el que manda y no Luz Piedad Valencia, ni Francisco Valencia, ni sus ad lateres.
Si se rodea de un equipo de su confianza estamos seguros que la ciudadanía en pleno lo respaldará.

No tiene problema. Su elección, gracias a su nombre limpio, fue contundente con 70.741 votos, 30 mil por encima de su mentora Luz Piedad Valencia en el 2011.

Frente a la coalición de partidos que le ayudaron a su elección lejos está:

El carrielismo o su  partido liberal- por el que fue inscrito- para el cabildo  solo obtuvo 16.914 votos y los otros aliados con los conservadores cerca de 15 mil.

De lejos tiene una votación propia, de opinión, que le da capacidad de maniobra.

Llegó el momento de que erradique esos lastres que le convirtieron  la alcaldía en una caja menor para satisfacer interés dirigidos por sus mentores incluidas maniobras para  llenar la voracidad de algunos diputados y concejales para de esa manera  afinar con los dineros de todos nosotros la campaña de la aspiración al senado de la señora Valencia Franco.

Con la plata del míster es muy fácil.

 Ese concejo debe tomar línea o de lo contrario también el futuro de los que se aparten será muy difícil en el próximo debate electoral.

Al alcalde le llegó su momento; desaprovecharlo sería un golpe bajo a la ciudadanía que mucho espera de él y sobre todo un riesgo a su integridad moral.

  




1 Comentarios:

A la/s 2 de marzo de 2017, 2:21 p.m., Blogger Edy dijo...

Es tiempo ya de bajar a fabio valencia y si contratación pereirana
ina, hasta una caja de puntilla una tabla la traen de pereira

 

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