REPASANDO LA HISTORIA
LA CALLE REAL
Armenia,
octubre 10 de 2018
REPASANDO LA HISTORIA
INFAMIAS CONTRA EL
PERIODISMO REGIONAL
Y LA ADMINISTRACIÓN DE
ARMENIA
Gilberto
Montalvo Jiménez
A propósito
de la contratación del conocido periodista Carlos Becerra como “enlace“ en la alcaldía de Armenia es
conveniente recordar por qué esta ciudad
es la única capital del país que no tiene en su organigrama una oficina encargada
de la información, la prensa y los medios audiovisuales.
Pasaba
el año de 1992 cuando la alcaldesa Alba Stella Buitrago me llamó a ocupar la
jefatura de prensa de su alcaldía.
Le
indiqué que aceptaba pero con el compromiso de que se habilitara tal dependencia
como una secretaría de despacho, no solo por el prurito de elevarle la dignidad
al que eventualmente pasara por allí, sino que como punto importante se dotara
de un Centro de Documentación y un Banco de Datos que le sirviera como apoyo a
su gestión gubernamental.
La
señora Buitrago acepto, elaboré el proyecto de acuerdo y lo presentamos al
concejo.
Allí
por fortuna estaban como concejales los reconocidos periodistas Adriana María
Londoño Tejada y Cesar Hincapié Silva, ambos de solvencia profesional y concepto
autorizado, quienes se echaron al hombro la iniciativa y ayudaron después de
debates interminables donde defendí la propuesta a que se aprobara el acuerdo.
A
los pocos meses me retiré y me sucedió el
gran maestro Germán Gómez Ospina, quien de paso mejoró ostensiblemente su muy
bien ganada pensión de jubilación, gracias al estatus del cargo.
Todo
iba bien buscando la implementación de los instrumentos tecnológicos, aun incipientes
para la época, para desarrollar el Centro de Documentación y el Banco de Datos.
Y todo
murió cuando en mal momento llegó a esa dependencia el genio de Miguel Ángel Rojas,
quien convenció al alcalde de turno de que esa oficina no debía ser parte del
gabinete, que había que modificar el asunto y convertirla en una pequeña
asesoría.
Desde
ese momento desapareció la secretaría de comunicaciones de la alcaldía y hasta
hoy no existe ni siquiera como jefatura.
Ni
gremios, ni periodistas independientes ni nadie se han interesado por generar la necesidad de una oficina
fundamental para el ejercicio del gobierno.
El
poder está en la información.
Pero
eso no importa.
Interesan
los usufructos personalistas de ciertos personajes, incluido el propio Rojas,
para ellos y sus familias.
Sin
embargo hoy, en uso de su desmemoria, está de redactor oficial de la
gobernación del departamento, donde allí para su servicio esa oficina si sirve
lo mismo que la millonada que le pagan.
Pildoritas
para la memoria de las infamias contra el periodismo y la administración de
Armenia de parte de algunos que se acreditan como periodistas.
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