CRONICAS DE MI PUEBLO
Crónicas de mi pueblo
EL
CLUB DE LOS VANIDOSOS
Gilberto
Montalvo Jiménez
Armenia,
agosto 14 de 2018
Vaya
vaina, fuera de que ese fenómeno de los de alta alcurnia y la perfumada sociedad ha pasado a mejor vida -la mayoría perdieron
la plata o la vergüenza-ahora se han
inventado de hecho y sin darse cuenta el Club de los Vanidosos un grupo de
especímenes de curiosa manera de ser.
Son
los que llaman alegóricamente inmamables. Tienen la tendencia a que les reconozcan primogenituras o
preponderancias. Son una mezcla de bacalaos con lagartos de larga cola y
peregrinar sinuoso. Se identifican fácilmente porque cuando suelen aparecer en sitios de
conglomerado público tienen un cierto aire de suficiencia y dan a su caminar el
vaivén de los patos. Parecen lanchas en el tremor de las olas marinas.
Regularmente miran por encima del hombro y cada que tienen la oportunidad
voltean la cara hacia un lado u el otro para desdeñar a algún intruso que
pretenda darles el apretón de manos o un pequeño guiño picarón o porqué no levantarle
el pulgar en señal de acatamiento.
Son
esos que con tic nervioso izan a cada
momento los hombros para acicalar de manera rutinaria la camisa y parecer maniquíes de asombro con prendas de segunda en
rebajas de galemba aunque lleven el conocido saurio verde o el golfista estampados en sus prendas.
Se
hacen invitar a cuanto embeleco aparece por ahí y si por cualquier descuido del
director de protocolo los omite se forma el culebrón y no hay manera de amainar
las airadas aguas de los eventuales extrañados.
Algunos,
en su mayoría, se acreditan como periodistas, otros lo son de verdad también,
dizque para darse caché a sabiendas de que
el desprestigio de este gremio es tal que cabe con grado superlativo en la
larga lista de la lagartería.
Forzosamente
hay que tenerlos en los ‘pines’ del
poder porque de lo contrario salen a aullar cual lobos hambrientos en la noche
y utilizan todos los medios para darle a
conocer a sus súbditos-se creen monarcas- que han sido arruinados moralmente
por no tener acceso al círculo íntimo de los dispensadores de las migajas.
Son
recurrentes en lambonería cuando reciben el beneplácito de la casta mandante
pero se resienten en paroxismo sino les
contestan una llamada.
Tienen
la tendencia a unirse en grupitos asqueantes para hacer mingas contra los que
consideran sus enemigos pero que no son más que sus propios amigos en
desgracia. No conocen, por supuesto de lealtades, cuando por alguna razón hay que
matar, incluso a la madre, pues qué más da, hay que sacrificar a la vieja y lo harían sin mosquearse.
El
Club de los Vanidosos tiene sede principal en Armenia, Quindío, Colombia,
aunque hacen esfuerzos para que se logren franquicias en otras regiones el país
y del mundo, porque su reputación está a toda prueba de cómo se puede ser
lagarto inmisericorde aunque tengan como los reyes-ellos se creen ídem- recibir
escupitajos en señal de sumisión y acatamiento.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal