EL LEGADO DE DON JOSÉ SALGAR
LA CALLE REAL
Armenia, mayo 15 de
2019
En el día del
maestro
EL LEGADO DE DON
JOSÉ SALGAR
Gilberto Montalvo
Jiménez
“Vea mijo, un
boletín oficial venga del palacio que viniere es lo primero que se bota al
cesto de la basura en una redacción seria”
Esas palabras con tono paternal nos las dijo el gran Don José Salgar Escobar, hace cerca de 35 años
cuando invitado por Josué Moreno Jaramillo, entonces
director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Armenia, se reunió
con algunos periodistas de la región para compartir experiencias, las de él,
por supuesto.
Sencillez a toda prueba no obstante
tener a su haber la aureola de ser uno de los más grandes periodistas de este
país.
Ya en el salón de conferencias donde
estábamos asistiendo al evento nos espetó algo que es el sumun de la gran
controversia en la que terciaba su alumno aventajado Gabriel García Márquez,
sobre la invención en el trabajo periodístico
:
“No considero lícito inventar en las
propuestas periodísticas. La realidad es suficientemente real para que nos
metamos a hacerlo. La invención es solo para las obras literarias. En el
periodismo se trata de contar muy bien las cosas y decirlas con decoro. El
invento en el periodismo no tiene buen recibo y resulta pernicioso.”
Eran otras épocas cuando los gremios
de los periodistas se inclinaban por la capacitación y actualización de sus
socios antes de que como ocurre ahora que convirtieron esas cáfilas en clubes
sociales para defender intereses personales y hacerse a la gracia de los
poderes que tanto les gusta.
En deliberaciones
interminables un grupo de inconformes y con ansias de
conocer algo más acerca de esta profesión sucumbíamos ante la necesidad de
reinventarnos para encontrar recursos ideológicos frescos.
Recurríamos adonde Josué Moreno
Jaramillo o al Sena para buscar refugio intelectual y no tras las
sinecuras que hoy les son proverbiales a los que comandan esas agremiaciones
periodísticas.
Todo eso se evaporó.
Hoy esperan a que lleguen “fechas
especiales” para decorarse o hacerse decorar o piden audiencias para que les
regalen un plato de lechona los diciembres en el Parque del Café. Esa es la
menesterosa vocación de los que hacen parte de esos gremios.
En el CPQ, por ejemplo, cualquier
socio que se atreva a decir estas cosas puede ser despedido ipso
facto porque está prohibido por estatutos criticar a esa
“benemérita” institución. Los periodistas sancionando a periodistas por lo que
opinan. Una desgracia.
Un agente oficioso que ha fungido
como presidente de esa agremiación vergonzosa y fútil se hizo al
garrote de la censura y proscribía la pluma de periodistas y hoy sigue
tranquilo porque huelga revisar qué pasa con la calidad del periodismo
actual.
Y recordando a don José Salgar, hoy
día del maestro, eran los tiempos en que junto con el Sena hicimos un singular
seminario regional de periodismo donde aunque me podría traicionar la memoria
estaban Roberto Cadavid, Argos, el profesor Fernando Ávila, Juan Gossaín, Yamid
Amat, Jimmy García Camargo, la directora de publicaciones de Televisa, en fin
un grupo interesante de maestros en donde encontrábamos la controversia, la
pregunta libre, el debate.
Recuerdo que muchos de los que hoy se
pavonean como encumbrados de la elite de los periodistas domésticos se
abstuvieron de asistir “porque no tenían nada qué aprender.”
Otros tiempos, otra gente. Conmueve
que hoy reclutan a los muchachos que se gradúan en la universidad del Quindío
para que lleguen como borregos a esas agremiaciones con el solo prurito de
garantizar a futuro su permanencia con sus votos en los puestos de comando.
Son mezquinos y estoy seguro de que
hoy no les mueve la capacitación y la actualización porque ignoran incluso
quién fue Don José “El Mono” Salgar, ese portento de periodista.
Esta remembranza hoy día del maestro
para uno como Don José Salgar con todos los pergaminos de ilustre comunicador.
Y haciendo justicia con las
mejores del género años después, en atención a estos deshilvanados recuerdos, a
los 92 años moría Hellen Tomas, la mujer que ocupó por espacio de 57 años una
silla preferente en La Casa Blanca como reportera.
Cuando trabajó para la UPI por muchos
años se convirtió en el dolor de cabeza de más de 6 presidentes de la Unión
Americana. Sin pelos en la lengua con terrible audacia logró posicionar a la
mujer en ese ambiente cuando era exótico y difícil y dejó
una leyenda de respeto por su forma de ejercer esta profesión.
Usaba como elemento sustancial en el
ejercicio del periodismo el viejo aforismo gringo: “Si tu madre dice que te
quiere, cerciórate”
Bueno, para qué decir más…
MAESTROS¡
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