LA ARROGANCIA DE LA BURGUESÍA INFORMATIVA BOGOTANA
LA CALLE REAL
Armenia,
octubre 21 de 2019
LA
ARROGANCIA DE LA BURGUESÍA INFORMATIVA BOGOTANA
Gilberto
Montalvo Jiménez
El concubinato
entre el periodismo, los políticos y el
poder es de origen pernicioso, debe existir una cohabitación pero con la
prudencia de la distancia para evitar los sinsabores de las traiciones de
quienes dentro de la supremacía quieren aplastar a los más débiles.
En
la rancia burguesía bogotana de los
medios de comunicación ha existido siempre un amancebamiento convertido en
concubinato público y perverso entre lo que denominan la “gran prensa”, que de
grande no tiene nada, y las castas políticas y económicas que mantienen constreñido
a este país.
Fabrican
escándalos donde incriminan a los medios que denominan, en un acto
despreciable, de provincia para hacerse notar mientras se hacen los locos con
los grandes escándalos donde generalmente están inmersos sus patrones.
Esta
mañana La FM, un parásito medio sucedáneo del emporio Ardila Lulle, se ocupó
del modesto periodista de Armenia, José Octavio Marín Naranjo, promoviendo un “escándalo”
que no era más que la violación intima de una conversación privada
por medio de un whatsaap.
Fue
una conversación informal donde el periodista habla de su negocio particular una
pequeña editorial que está al servicio de quien quiera y un periódico semanal
que puede recibir las pautas institucionales, comerciales o de campaña, porque
además está obligado por la ley a hacerlo y por si fuera ´poco a bajo precio.
No
existió en esa relación de “corruptelas” una sola palabra que el señor Marín indicara
que estaba extorsionando o pidiéndole dineros a nadie a cambio de información.
Alebrestrado
el periodista Santiago Ángel de la FM ayer difundió un trino donde advertía que
hoy revelaría la corrupción de los periodistas del Quindío con la clase política para que todo quedara en un inane mensaje de voz que Marín
le enviaba a la señora Yaneth Pino, asistente del candidato José Manuel Ríos,
quien le traicionó, aunque no había nada que pudiese preocupar al comunicador.
La
FM nunca se ocupa de los grandes beneficios de Agroingreso Seguro para Ardila
Lulle con sus ingenios ni de las compras de dudosos terrenos en los territorios
nacionales y menos del latrocinio con el etanol que ha llenado las bolsas de su
patrón a costa del encarecido precio de la gasolina, ni de los manejos oscuros
que han hecho para quedarse junto a Caracol Tv con el monopolio de la
Televisión en Colombia y en fin miles de villanías contra los colombianos, no, tenían
que joder a un pobre periodista que se levanta todos los días a conseguirse el
sustento de su prole en medio de las dificultades de un departamento sin
oportunidades.
No estoy
de acuerdo con el amiguismo que generan ciertos colegas y la intimidad que llegan
a profesar con políticos o gobernantes porque tarde que temprano los
traicionan.
Pepillo Marín, tuvo una cercanía peligrosa con la campaña que lo traicionó
poniéndolo en la picota pública sin que exista una sola situación que indique
nada distinto a narrar dentro de un candor infantil las peripecias con una
publicación y una editorial que viven de lo mismo que los pulpos de la oligarquía
mediática colombiana pero con la diferencia de que aquí es con míseros pedazos
de mierda.
5 Comentarios:
No se salva ninguno aquí practicamente(Son pocos a decir verdad),están corrompidos y amangualados además de cohonestar con los que tienen jodido el pueblo,se venden por unos pesos y le lavan la MUGRE al mas sucio de la región venga de donde venga,para ellos lo importante es LA PAGA,ya sea para guardar silencio(Cómplice) en muchos casos;o vanagloriar al mismísimo demonio.
Saludos.
Tienes toda la razón y lo más grave amigo mío es que el canibalismo en nuestro oficio es el complemento de la perversidad de la mal llamada "gran prensa". Los periodistas de provincia no tenemos derecho a sobrevivir. Ni siquiera a figurar a pesar del valiente periodismo que ejercemos. Por eso es que, en mi caso particular, se nos persigue, asesina o destierra por atrevernos a decir la verdad ya denunciar a los corruptos. Con mayor razón cuando se trata de los empresarios que ya se apoderaron del periodismo colombiano. Gracias por hacer parte de la defensa de nuestros periodistas de provincia.
Un abrazo desde el exilio.
Solidaridad con Pepillo Marín.
Se creen los dueños de la información y los que supuestamente verdaderamente informan y no todos pero la mayoría también son mercenarios que se venden al mejor postor...
Gracias, admirado William por tu autorizada reflexión.
Abrazo gigante!
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