miércoles, 10 de febrero de 2016

LA CALLE REAL...EL HONORARIO

LA CALLE REAL
Armenia, Febrero 9 de 2016


EL HONORARIO

Gilberto Montalvo Jiménez

Hay muchas maneras de manifestar las obsecuencias auncuando algunas rayan en lo ridículo por la estupidez con que se entregan y porque hacen de la genuflexión una manera voluntaria de evidenciar falta de dignidad y decoro.

Una entidad fantasmagórica que se hace llamar Colegio Nacional de Periodistas, en el Quindío, tiene como objeto central cada año premiar, decorar y edulcorar vanidades como si esas pretendidas agremiaciones de periodistas tuvieron como objeto la lambonería.

No se les conoce nada distinto a que cada año se reúnen en un aquelarre para determinar agraciados a quienes  ponerle de hinojos  su gelatinosa  columna vertebral.

Se supone que estas cáfilas se agrupan para buscar un mejor sentido en el ejercicio de eso que llaman periodismo a través de capacitación, actualización, el tono con  las nuevas tecnologías y la discusión abierta de los retos que tienen  quienes con responsabilidades públicas en los medios deben contribuir al desarrollo armónico de esta sociedad.

Pero no, aquí son unos inquilinatos para buscar agraciarse con los detentadores del podercito pasajero.

En el departamento del Quindío coexisten tres “agremiaciones” de esa índole, cual más vergonzosa y ríspida.

Nunca han defendido la libertad de expresión.

Languidecen medios en sus narices, se maltrata con la censura abierta a los comunicadores, incluso desde el Olimpo de las vanidades de algunos que se acreditan de censores, han muerto en la inopia algunos periodistas, sin que siquiera la misericordia pasajera les haya lastimado los entresijos.

Han constituido grupúsculos en unos sainetes de clubes sociales para acrecentar sus egos de barro y hacer relaciones públicas para llenarse los bolsillos de indignidad.

Son “presidentes” para que los llamen a las mesas de los lujuriosos a comer bazofia y a entretenerse con las pústulas de su reconocida ignorancia.

Vedettes de poca monta

Esta vez la vergüenza fue mayor.

Convertir al alcalde de Armenia Carlos Mario Álvarez como su socio honorario acrecienta el desprestigio  de este aquelarre porque el “Honorario” es un perseguidor de medios y de periodistas.

Lo exaltan a las cumbres por haberse referido de manera ridícula en contra de quienes no estuvieron de acuerdo en su pasada campaña electoral, como si disentir u opinar en contra de algunas actitudes de los personajes públicos  convirtiera, de hecho, en poco menos que  a algunos como periodistas parias.

Hizo una lista al mejor estilo Nazi, aprovechando su poder con los dineros del estado para vetar y es tan cínico que en su “discurso” al aceptar el deshonor de Villalobos y su cohorte de valetudinarios expeler la indecencia de que “ tenemos la madurez suficiente para admitir las críticas ”

 Hacer una lista de la manera más ruin para censurar medios y periodistas y luego empatar con que está listo para la crítica fue la patente que le dio la posibilidad de ingresar a los altares del CNP.

Todo esto da grima como si la inteligencia de la mayoría de las perdonas no entendieran que lo que hicieron fue un “acercamiento” para las dádivas ulteriores.
Asi ejercen el periodismo aquí.

Nadie duda de que el periodismo no puede ser anodino ni andrógino, el periodismo debe tener política y asumir posiciones y si es del caso con vehemencia y pasión, pero birlar las fronteras es de menesterosos.

Por ahí caminan también rudimentarios y peregrinos “periodistas” del montón que se han hecho acreedores a diplomas y magisterios con documentos chimbos sin ruborizarse y pegan alaridos otros que venden avisitos en pasquines de poca monta o directorios de tiendas y mezquindades para extorsionar.

Si un gobierno es bueno se defiende solo y es obligación de los medios informar y de quienes opinan hacerlo dentro de sus criterios y su libérrima condición.

El día que se desenmascare a los que pregonan ética y moral  cuando  han sido reos en orbitas delincuenciales, asaltadores de la fe pública, amanuenses de traquetos, filibusteros y dómines de la compraventa, las cosas serán a otro precio.

Pero ese tema merece atención aparte.

Los dispensadores de medallas y decoraciones el pasado 8 de febrero le entregaron en altísima condición una de ellas a la Fundación Apuestas Ochoa.

Congraciarse con quienes manejan recursos públicos para hacer “obras sociales”?

La Fundación esta no da nada gratis, sus aportes hacen parte del contrato que establecen con el departamento y que por obligación legal deben hacerlo, entonces ¿por qué los decoran?.

¿Qué culpa tiene un señor de las calidades de Mario Garzón para que lo deshonren después de que ha sido un estandarte de esfuerzo y pujanza?

¿Cómo deja mancillar su nombre James Padilla, un caballero a carta cabal?

Me informan que pretenden congraciarse con su hijo Padilla Jr para sacarle avisos.

Y que digan que Chuma, así se hace llamar, es el destacado periodista de ese conventículo pues tienen la razón, ellos se entienden, y qué mejor que premiarle su entrega a dios.

Todo esto es una vergüenza que se repite cada año y que hace parte de la historia funesta del periodismo regional.


CODICILO

Ledher debe estar tranquilo, cuando lo suelten, y el día esté lejano, los del CNP lo decoran 
  



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