LA CALLE REAL...EL HONORARIO
LA
CALLE REAL
Armenia, Febrero 9 de 2016
EL HONORARIO
Gilberto Montalvo
Jiménez
Hay
muchas maneras de manifestar las obsecuencias auncuando algunas rayan en lo
ridículo por la estupidez con que se entregan y porque hacen de la genuflexión
una manera voluntaria de evidenciar falta de dignidad y decoro.
Una
entidad fantasmagórica que se hace llamar Colegio Nacional de Periodistas, en
el Quindío, tiene como objeto central cada año premiar, decorar y edulcorar
vanidades como si esas pretendidas agremiaciones de periodistas tuvieron como
objeto la lambonería.
No
se les conoce nada distinto a que cada año se reúnen en un aquelarre para
determinar agraciados a quienes ponerle
de hinojos su gelatinosa columna vertebral.
Se
supone que estas cáfilas se agrupan para buscar un mejor sentido en el
ejercicio de eso que llaman periodismo a través de capacitación, actualización,
el tono con las nuevas tecnologías y la
discusión abierta de los retos que tienen
quienes con responsabilidades públicas en los medios deben contribuir al
desarrollo armónico de esta sociedad.
Pero
no, aquí son unos inquilinatos para buscar agraciarse con los detentadores del
podercito pasajero.
En
el departamento del Quindío coexisten tres “agremiaciones” de esa índole, cual
más vergonzosa y ríspida.
Nunca
han defendido la libertad de expresión.
Languidecen
medios en sus narices, se maltrata con la censura abierta a los comunicadores,
incluso desde el Olimpo de las vanidades de algunos que se acreditan de
censores, han muerto en la inopia algunos periodistas, sin que siquiera la
misericordia pasajera les haya lastimado los entresijos.
Han
constituido grupúsculos en unos sainetes de clubes sociales para acrecentar sus
egos de barro y hacer relaciones públicas para llenarse los bolsillos de indignidad.
Son “presidentes”
para que los llamen a las mesas de los lujuriosos a comer bazofia y a
entretenerse con las pústulas de su reconocida ignorancia.
Vedettes
de poca monta
Esta
vez la vergüenza fue mayor.
Convertir
al alcalde de Armenia Carlos Mario Álvarez como su socio honorario acrecienta
el desprestigio de este aquelarre porque
el “Honorario” es un perseguidor de medios y de periodistas.
Lo
exaltan a las cumbres por haberse referido de manera ridícula en contra de
quienes no estuvieron de acuerdo en su pasada campaña electoral, como si
disentir u opinar en contra de algunas actitudes de los personajes
públicos convirtiera, de hecho, en poco
menos que a algunos como periodistas
parias.
Hizo
una lista al mejor estilo Nazi, aprovechando su poder con los dineros del
estado para vetar y es tan cínico que en su “discurso” al aceptar el deshonor
de Villalobos y su cohorte de valetudinarios expeler la indecencia de que “ tenemos
la madurez suficiente para admitir las críticas ”
Hacer una lista de la manera más ruin para
censurar medios y periodistas y luego empatar con que está listo para la
crítica fue la patente que le dio la posibilidad de ingresar a los altares del
CNP.
Todo
esto da grima como si la inteligencia de la mayoría de las perdonas no
entendieran que lo que hicieron fue un “acercamiento” para las dádivas
ulteriores.
Asi
ejercen el periodismo aquí.
Nadie
duda de que el periodismo no puede ser anodino ni andrógino, el periodismo debe
tener política y asumir posiciones y si es del caso con vehemencia y pasión,
pero birlar las fronteras es de menesterosos.
Por
ahí caminan también rudimentarios y peregrinos “periodistas” del montón que se
han hecho acreedores a diplomas y magisterios con documentos chimbos sin
ruborizarse y pegan alaridos otros que venden avisitos en pasquines de poca
monta o directorios de tiendas y mezquindades para extorsionar.
Si
un gobierno es bueno se defiende solo y es obligación de los medios informar y
de quienes opinan hacerlo dentro de sus criterios y su libérrima condición.
El
día que se desenmascare a los que pregonan ética y moral cuando
han sido reos en orbitas delincuenciales, asaltadores de la fe pública,
amanuenses de traquetos, filibusteros y dómines de la compraventa, las cosas
serán a otro precio.
Pero
ese tema merece atención aparte.
Los
dispensadores de medallas y decoraciones el pasado 8 de febrero le entregaron
en altísima condición una de ellas a la Fundación Apuestas Ochoa.
Congraciarse
con quienes manejan recursos públicos para hacer “obras sociales”?
La
Fundación esta no da nada gratis, sus aportes hacen parte del contrato que
establecen con el departamento y que por obligación legal deben hacerlo, entonces
¿por qué los decoran?.
¿Qué
culpa tiene un señor de las calidades de Mario Garzón para que lo deshonren
después de que ha sido un estandarte de esfuerzo y pujanza?
¿Cómo
deja mancillar su nombre James Padilla, un caballero a carta cabal?
Me
informan que pretenden congraciarse con su hijo Padilla Jr para sacarle avisos.
Y
que digan que Chuma, así se hace llamar, es el destacado periodista de ese
conventículo pues tienen la razón, ellos se entienden, y qué mejor que
premiarle su entrega a dios.
Todo
esto es una vergüenza que se repite cada año y que hace parte de la historia
funesta del periodismo regional.
CODICILO
Ledher
debe estar tranquilo, cuando lo suelten, y el día esté lejano, los del CNP lo
decoran
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