sábado, 20 de febrero de 2016

LA CALLE REAL...UMBERTO ECO

LA CALLE REAL
Armenia, febrero 20 de 2016
A LOS 84 MURIO ECO

Umberto Eco

Gilberto Montalvo Jiménez



Con su grandilocuencia verbal mi amigo Elías Mejía Henao, ordenó sin pausa que debía meterme en NUMERO CERO la última exquisitez del más crítico de los críticos.

Insalvable mi curiosidad por alguien que había sido de cabecera desde El Nombre de la Rosa o el Péndulo de Foucault.

Se fue Umberto Eco el sumun del buen decir y de la reflexión adobada por un humor sin par que catapultaba lo natural hacia las entrañas de lo exultante.

Aunque abordó con tino y sapiencia lo íntimo del Medioevo Eco en NUMERO CERO  trascendió su curiosidad para poner en tonos grises las pirotecnias  de un periódico en embrión que nunca saldría al público pero que propugnaba la estulticia de las miserias encarnadas a través de la prensa con las truculencias propias de la decadencia de los medios de comunicación al servicio de los poderosos .

La trama del recomendado del poeta calarqueño se ambienta en la Italia del 92 cuando los masones, las brigadas rojas y todo ese entorno mafioso adobado con la ulterior aparición de Berlusconi daba principio a la caótica Italia de hoy en medio de la manipulación subjetiva de la realidad.

Eco es misterioso en el ambiente de un sórdido periódico que es la cruda realidad de los intereses de toda índole al servicio de la nada espuria de los poderosos.

Nada es gratis todo tiene un precio.

Las reflexiones de Eco a través de la semiótica enseñaron a entender en plata blanca esa comunicación estelar que  combina signos y mantras para el entendimiento de los mortales.

Para Umberto Eco los periódicos  cuentan  por la mañana lo que tu ya sabías desde que apareció la cajita mágica de la televisión. Por eso su curiosidad de qué habrá que pasar alrededor de los diarios, cuál su destino y  el por qué de su existencia.

Esta mirada de otear inclemente ha puesto en estado de alerta lo que debe ser la comunicación a través de los cotidianos que se han quedado en el esquema del siglo diecinueve mientras la sociedad avanza a los pasos agigantados  de los años luz.

Umberto Eco fue un pesimista vestido de reflexivo optimismo.

Cuando el diario La Reppublica de su natal Italia en un extra de la internet anunció “Muere Umberto Eco, el hombre que lo sabía todo”, resumió en esas nueve palabras lo que significó esta cumbre imprescindible de las complicidades con quienes se motivan por la cultura sin peajes.

Delicia leer sus ensayos sobre arte contemporáneo donde la estética, su magistral cátedra en Turín, toma forma en las excelsitud de las reflexiones filosóficas que solo podían salir del magín de este escultor de la palabra bien dicha.

Reclamó para sí y para los demás la importancia de las redes donde con ellas no hubiesen sido posible las atrocidades de Auschwitz pero simultáneamente su sentido crítico censuraba con vehemencia que las mismas, las redes, “da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.

Se fue Umberto Eco pero no se llevó a su tumba esa carga inmensa de enseñanzas que servirán de norte hoy y mañana y después para poner la reflexión sobre el comportamiento humano como una línea derecha de acción.

Eco se lleva buena parte de la  historia de Italia y del mundo, la misma que gravita como mojón reflexivo de su independencia mental y su legado de corsario contra las inexplicables condiciones de los súbditos del poder y los poderosos.

Lección de estética, ética y fluidez mental eso fue Eco el inmortal.

A las 10 y 22 de anoche, hora de Italia, dejó de latir el corazón de un grande aunque empezó de llano su inmortalidad.



2 Comentarios:

A la/s 20 de febrero de 2016, 10:04 a.m., Blogger alberto luis dijo...

Preciosa alegoría de un mago de las letras y de los símbolos y las representaciones graficas. Sólo tu profeta de lo inconcluso podías hacer esa maravillosa semblanza de otro grande que se va de la efímera existencia pero nos lega su sabiduría y el buen manejo de la escritura. Gracias mi hermano por compartir tanta elocuencia. Un abrazo sin Old.

 
A la/s 20 de febrero de 2016, 10:04 a.m., Blogger alberto luis dijo...

Preciosa alegoría de un mago de las letras y de los símbolos y las representaciones graficas. Sólo tu profeta de lo inconcluso podías hacer esa maravillosa semblanza de otro grande que se va de la efímera existencia pero nos lega su sabiduría y el buen manejo de la escritura. Gracias mi hermano por compartir tanta elocuencia. Un abrazo sin Old.

 

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