LA CALLE REAL...UMBERTO ECO
LA CALLE REAL
Armenia, febrero 20 de 2016
Umberto Eco
Gilberto
Montalvo Jiménez
Con
su grandilocuencia verbal mi amigo Elías Mejía Henao, ordenó sin pausa que
debía meterme en NUMERO CERO la última exquisitez del más crítico de los
críticos.
Insalvable
mi curiosidad por alguien que había sido de cabecera desde El Nombre de la Rosa o el Péndulo de Foucault.
Se
fue Umberto Eco el sumun del buen decir y de la reflexión adobada por un humor
sin par que catapultaba lo natural hacia las entrañas de lo exultante.
Aunque
abordó con tino y sapiencia lo íntimo del Medioevo Eco en NUMERO CERO trascendió su curiosidad para poner en tonos
grises las pirotecnias de un periódico
en embrión que nunca saldría al público pero que propugnaba la estulticia de las miserias encarnadas a través de la prensa con las truculencias propias de la
decadencia de los medios de comunicación al servicio de los poderosos .
La trama
del recomendado del poeta calarqueño se ambienta en la Italia del 92 cuando los
masones, las brigadas rojas y todo ese entorno mafioso adobado con la ulterior aparición
de Berlusconi daba principio a la caótica Italia de hoy en medio de la
manipulación subjetiva de la realidad.
Eco
es misterioso en el ambiente de un sórdido periódico que es la cruda realidad
de los intereses de toda índole al servicio de la nada espuria de los poderosos.
Nada
es gratis todo tiene un precio.
Las reflexiones
de Eco a través de la semiótica enseñaron a entender en plata blanca esa comunicación
estelar que combina signos y mantras
para el entendimiento de los mortales.
Para
Umberto Eco los periódicos cuentan por la mañana lo que tu ya sabías desde que
apareció la cajita mágica de la televisión. Por eso su curiosidad de qué habrá
que pasar alrededor de los diarios, cuál su destino y el por qué de su existencia.
Esta
mirada de otear inclemente ha puesto en estado de alerta lo que debe ser la
comunicación a través de los cotidianos que se han quedado en el esquema del
siglo diecinueve mientras la sociedad avanza a los pasos agigantados de los años luz.
Umberto
Eco fue un pesimista vestido de reflexivo optimismo.
Cuando
el diario La Reppublica de su natal
Italia en un extra de la internet anunció “Muere Umberto Eco, el hombre que lo
sabía todo”, resumió en esas nueve palabras lo que significó esta cumbre imprescindible
de las complicidades con quienes se motivan por la cultura sin peajes.
Delicia
leer sus ensayos sobre arte contemporáneo donde la estética, su magistral
cátedra en Turín, toma forma en las excelsitud de las reflexiones filosóficas
que solo podían salir del magín de este escultor de la palabra bien dicha.
Reclamó
para sí y para los demás la importancia de las redes donde con ellas no hubiesen
sido posible las atrocidades de Auschwitz pero simultáneamente su sentido
crítico censuraba con vehemencia que las mismas, las redes, “da derecho de
palabra a legiones de imbéciles”.
Se
fue Umberto Eco pero no se llevó a su tumba esa carga inmensa de enseñanzas que
servirán de norte hoy y mañana y después para poner la reflexión sobre el
comportamiento humano como una línea derecha de acción.
Eco
se lleva buena parte de la historia de
Italia y del mundo, la misma que gravita como mojón reflexivo de su independencia
mental y su legado de corsario contra las inexplicables condiciones de los súbditos
del poder y los poderosos.
Lección
de estética, ética y fluidez mental eso fue Eco el inmortal.
A
las 10 y 22 de anoche, hora de Italia, dejó de latir el corazón de un grande
aunque empezó de llano su inmortalidad.
2 Comentarios:
Preciosa alegoría de un mago de las letras y de los símbolos y las representaciones graficas. Sólo tu profeta de lo inconcluso podías hacer esa maravillosa semblanza de otro grande que se va de la efímera existencia pero nos lega su sabiduría y el buen manejo de la escritura. Gracias mi hermano por compartir tanta elocuencia. Un abrazo sin Old.
Preciosa alegoría de un mago de las letras y de los símbolos y las representaciones graficas. Sólo tu profeta de lo inconcluso podías hacer esa maravillosa semblanza de otro grande que se va de la efímera existencia pero nos lega su sabiduría y el buen manejo de la escritura. Gracias mi hermano por compartir tanta elocuencia. Un abrazo sin Old.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal