lunes, 2 de diciembre de 2019

LA CALLE REAL RECORDANDO A LOS AMIGOS


LA CALLE REAL
Armenia, diciembre 3 de 2019

Recordando a los amigos


JAIME TOBÓN NARANJO

Gilberto Montalvo Jiménez

Conocí, por fortuna, a Jaime Tobón Naranjo hace unos cuarenta años cuando vivíamos en la entrañable casa de  Rosita Gómez de Patiño en la carrera 17 entre calles 19 y 20, donde se respiraba solo amor y solidaridad, una familia con todos sus hijos admirables que hacían de las dificultades propias de nuestro desarrollo un nido de afectuosos momentos. Noches interminables de bohemia con las mejores canciones y la política en discusión con temas cada vez más positivos para la formación integral que buscábamos.

Jaime de izquierda moderada defendía, y aun lo hace, algunos principios filosóficos de esa anacrónica expresión política derrotada con la caída del muro de Berlín, la disolución de  Unión Soviética y  revivida por algunos dictadorzuelos que se empotraron como modelo de propietarios absolutos de unos países que mantienen el hambre con el despotismo de sus gobernantes que ostentan el elemento sustancial de su permanencia como monarquías absolutistas.

 Esto nunca fue motivo para empañar nuestro colegaje y amistad porque si bien no compartía todas sus veleidades las respetaba y respeto con toda autenticidad.

Tobón con su proverbial distinción de “tajada”, como así lo detallaron desde sus primeros años de bachillerato en el Rufino sus compañeros, se inició con este garrapateador en las lides del periodismo. Su vasta cultura, sus excelentes lecturas y su formación integral le dieron herramientas suficientes para convertirse en un buen comunicador, por supuesto, elementos sustanciales para formarse en la exigente marcha de una de las profesiones u oficios más importantes en la edificación plural de las sociedades.

Contertulio de campanillas para analizar las obras literarias, históricas o biográficas del momento, las corrientes filosóficas y sobre todo la melomanía que ocupa un lugar privilegiado en su gigantesca cabeza de Pulpo. Tranquilo va de los denominados clásicos hasta su reverencia por Luis Alberto Posada o el Caballero Gaucho, no tiene distinciones.

Luego del cuaje como periodista profesional fue cooptado por una círculo vicioso que hizo del periodismo una fuente lucrativa sin escrúpulos que se enriqueció en los vericuetos chantajísticos de la extorsión a los mandatarios de turno quienes cedían amenazados ante la inquisición de sus protervos procederes. Se liberó Tobón por un tiempo cuando fue llamado por RCN en donde estuvo tranquilo sin sobresaltos pero de nuevo llegaron las arpías que abusando de su bonhomía lo hicieron rehén con base en mentiras y lo convirtieron en un dependiente de sus infames procederes.

Hasta hace unos tres años Tobón madrugaba buscando los míseros dineros de sus alcancías en derrota para cumplirle a los mentirosos que por espacio de más de 25 años le robaron sus sueños, nunca le pagaron lo justo, le escatimaron la seguridad social para que no pudiera tener, no el privilegio, si no la merecida pensión.

Esa empresa de vividores dejó a  Tobón, especialmente, pero a otras personas también, en la inopia total, en la soledad absoluta donde hoy muy pocos casi que ninguno de sus amigos se acuerda del compañero de grandes batallas.

Mientras sus secuestradores se llenaban las alforjas Jaime Tobón iba poco a poco limpiando el camino de la desgracia.

Hace poco el 29 de noviembre se acercó a los 73 años, maltrecho, arruinado moral y materialmente aunque por fortuna conserva su dignidad esa que le ha permitido reflexionar y mantenerse en el anonimato enhiesto y sin dolor en su alma aunque acusa  poca movilidad que le dejó sus madrugadas y anocheceres en beneficio de una cáfila que abusó de su generosidad y hoy siquiera nadie sabe qué se hicieron.

Recordando a los amigos