miércoles, 30 de mayo de 2018

APUNTES PERSONALES SOBRE POPULISMO Y POPULISTAS


LA CALLE REAL
Armenia, mayo 30 de 2018


APUNTES  PERSONALES SOBRE POPULISMO Y  POPULISTAS



Gilberto Montalvo Jiménez

El profesor Jorge Giraldo, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad Eafit, ha contribuido a la comprensión de un vago concepto sobre el populismo con su libro Populistas a la colombiana”.

Al reflexionar sobre su ponencia es menester sacar unas conclusiones propias que pueden ir en veces en contravía con el reconocido académico pero al final las convergencias se convierten en  aproximaciones.

El tema es apasionante y más en las actuales circunstancias  confrontadas hasta la médula por posiciones extremas entre los que se han hecho amojonar  con el remoquete de caudillos y que tienen sobre sus hombros la responsabilidad de la conducción de este país.

El populismo como muchos otros conceptos está apegado en los analistas a lo literal del diccionario convirtiéndose mas en un eufemismo sobre  individuos  que se apropian de la montonera y creen que la representan, sin embargo, hay que subrayar unos rasgos que son comunes en los populistas y que los eleva a las alturas mesiánicas con complejo de adanes, soberbios y vanidosos.

Los populistas apelan a los sentimientos en la epidermis, por lo tanto irracionales y todo se traduce en movilizaciones o en casos patológicos como el  de aquel famoso  “estado de opinión”. Alejados siempre de las normatividades porque aseguran que son la constitución y la ley y nada los perturba más que la sujeción a las normas de los contratos sociales.
Son autoritarios y subyugan a sus obsecuentes con el verbo.

El populista es todo, se apropia de las deficiencias de la democracia pero es ávido de arroparse en ella para mutar en cualquier momento con el ardid de la raposa.

Con el populismo nace la génesis del autoritarismo y las dictaduras porque es claro que sus permanencias en el poder son reconocidos fracasos en todas las latitudes.

Los populistas no tienen un rótulo específico porque pueden ser de lo que llaman derecha o izquierda y son neoliberales o estatistas, los identifica la violación de los derechos y la abominación a las libertades de las sociedades liberales, las restricciones políticas y amalgaman extravíos ideológicos que los hace únicos, soberbios y extravagantes.

En Colombia unos se creen Bolívar otros Gaitán, deliran con enemigos internos o externos.

La desgracia  de los colombianos es que en las actuales circunstancias y ad portas de una segunda vuelta presidencial estamos presos y rehenes de dos extremos populistas que se encuentran en todo menos en la responsabilidad que conlleva la dirección de un país.



martes, 15 de mayo de 2018

TOM WOLFE "PERIODISMO UNA CUESTION DE MIRADA"

LA CALLE REAL
Armenia, mayo 15 de 2018


TOM WOLFE

“PERIODISMO UNA CUESTIÓN DE MIRADA”

Gilberto Montalvo Jiménez

Cuando Tom Wolfe acusaba las carencias propias de un pobretón en bancarrota en los años sesenta y se apresuraba a usurpar de manera legal el seguro de desempleo  le llegó como por encanto la musa que lo inspiró a convertirse en el padre del Nuevo Periodismo usando el desenfreno, la sátira mordaz para darle identidad y vida propia a la cultura Pop que por esas calendas comenzaba a instalarse en el concepto cultural de quienes vibraban al encontrar novedades que hicieran mover los sentimientos. Wolfe lo logró con su reportería que le daría el sitial de preeminencia que lo ubicó hasta su muerte, este lunes catorce de mayo, en la ciudad de Nueva York.

Con el Nuevo Periodismo de Wolfe este ya no sería igual para siempre.

Amante de los exquisitos textos de entonces (1973) Wolfe se ocupó de recrear con su fina pluma los escritos de Rex Reed, Barbara Goldsmith, Norman Mailler y muchos otros que incluyó en un  texto de antología que ha servido como mojón de aprendizaje para los interesados en estos temas del Nuevo Periodismo.

Hoy ningún periodista serio en el mundo ha desechado la oportunidad de abrevar en los filosos textos de Tom Wolfe.

Se escapó de su natal Virginia y en su condición de sureño se fugó a las estancias siderales de Washington y Nueva York. Allí comenzó su tráfago intelectual de reportero insaciable en el Washington Post y el Heraldo Tribune.

Este grande de las letras estadounidenses prestado por la reportería a la literatura centraba su obsesión perfeccionista de la narración al “ir más allá del periodismo objetivo” y defendió con fuerza su criterio de que “el periodismo debe ser absolutamente verídico y al mismo tiempo, tener la cualidad absorbente de la ficción.

Por su pluma desfilaron las luminarias de entonces, los heliotropos de la arquitectura moderna y sobre todo esa extraña casta de la izquierda de élite neoyorkina con ese tufillo de contradicción. Oligarcas marxistas.

Se pueden recordar muchas de sus contribuciones al periodismo moderno pero con mano alzada  “El coqueto aerodinámico rocanrol color  acaramelado del ron“ o “ Ponche de ácido lisérgico” podrían aligerar las lecturas de los que comienzan en esto del periodismo.

Se destaca, como lo asegura la BBC, que Tom Wolfe siempre mostró su fascinación por  Maupassant, Balzac y Dickens. En efecto dejaron su sello en el padre del Nuevo Periodismo, estos escritores de gran altura son infaltables en las cabeceras de los buenos lectores.

Ya tarde a sus 57 almanaques llega su primera novela, HOGUERA DE VANIDADES, una escultura monumental del buen escribir en torno a un tema escalofriante sobre los blancos, negros y grises de la alta sociedad neoyorkina aunque alegaba siempre que para el escritor de no ficción es muy difícil adentrarse en la novela, pero lo logró. Un éxito incomparable que lo volvió un millonario absoluto. En 1987 todo su papel en libros se agotó en cientos de confines.

Siguieron otras novelas de renombre como TODO UN HOMBRE sobre la putrefacta sociedad corrupta de Atlanta. Y muchas, muchas más.

El periodismo Nuevo no volvió a ser el mismo después de Tom Wolfe, quien murió este lunes 14 de mayo en Nueva York a los 87 años, cuando un ataque hemipléjico lo condenó al terreno de los inmortales.