lunes, 23 de octubre de 2017

LA CALLE REAL...SIN REVERSA, EL EJERCICIO DEL PERIODISMO CAMBIÓ

LA CALLE REAL

Armenia, octubre 24 de 2017

Periodismo

SIN REVERSA, EL EJERCICIO DEL PERIODISMO CAMBIÓ


.- La estructura de los contenidos y la formación de los periodistas es más exigente.

.-La evolución no es solo de forma sino de fondo


.-La estrategia es el acomodamiento frente a receptores más informados y por lo tanto más exigentes.



Gilberto Montalvo Jiménez



El Tiempo, el domingo último, presentó a sus lectores lo que se ha considerado la estrategia visual y de contenido  más refinada para entrar este diario escrito en papel en la competencia frente a la multimedia, las redes, la internet.

¿Por qué invertir en un medio escrito con sugestiva presentación y contenidos más visuales frente a lo que se considera  la desaparición de los diarios tradicionales en papel ante el nuevo orden de la información? 

 Esta pregunta en términos asociados al anterior cuestionamiento le fue formulada al director el periódico Roberto Pombo por parte de la redacción de la revista Semana.

La respuesta obvia.

Por lo mismo, porque “los medios impresos deben encontrar su sitio en el mundo de la información y para eso es clave profundizar los elementos que acercan al diario a su propia naturaleza”

No hay duda de que los medios impresos hoy deben  buscar un sendero que les permita encontrar un acercamiento más fraterno con sus lectores, la relación tiene que ser fluida y más aun cuando el lector cotidiano de esta clase de publicaciones es informado y analítico.

Se nota en la evolución del periódico capitalino que echa mano de un rudimento probado y que se fue marchitando en el diseño sin explicaciones: La Infografía.

Este poderoso instrumento con sinigual manejo artístico hace de la precisión un elemento sustancial a la hora de informar.

La precisión es su fortaleza y su composición visual, su atractivo.

La tendencia de El Tiempo con su nuevo diseño es aproximarse el fin de semana a lectores que gozan de tiempo suficiente para imbuirse en sesudos análisis con contenidos, podríamos llamar científicos, de los diversos temas que en la semana no cuentan con los espacios suficientes de profundización.

Asegura Pombo en su entrevista con la revista Semana que habrá cambios sustanciales en la redacción y los roles de los periodistas serán distintos.

Tiene razón porque aunque el frenesí de las redes atiborra de contenidos, muchas veces basura a los receptores, los medios tradicionales deben acoplarse sin resignar los elementos básicos de la información y por el contrario afinando los roles para que la credibilidad sea un patrimonio que les de preeminencia en el medio y respetabilidad frente a sus lectores.

Y aquí viene la catilinaria, “se debe hacer un periodismo serio con un sistema fuerte de comprobación de la veracidad de la información publicada”, asegura Roberto Pombo.

En definitiva la forma de hacer periodismo cambió en la relación con los receptores, más fluida, interactiva y supersónica, pero los elementos básicos, la filigrana del ejercicio, su filosofía, la honestidad y transparencia permanecerán incólumes.

Pueden pasar los siglos, los diseños trasmutarán hacia modelos más atractivos para retener seguramente muy pocos lectores en el papel pero la sustancia periodística será la misma aunque la forma de hacer periodismo haya cambiado.






domingo, 22 de octubre de 2017

LA CALLE REAL...LA CODICIA DE LA PRIMERA PLANA

LA CALLE REAL

Armenia, octubre 23 de 2017


LA CODICIA DE LA PRIMERA PLANA SACRIFICA LOS CONTENIDOS Y LA ESTÉTICA

Le Monde

.- Posverdad+ manipulación= desinformación


Gilberto Montalvo Jiménez

Las salas de redacción en los medios tradicionales eran  verdaderos laboratorios donde se exigía contexto en los contenidos, rigor idiomático y estética en su presentación.

Entonces el síndrome de la chiva, efecto revaluado hasta la saciedad por nocivo y trasgresor, dejó sinsabores que sirvieron de acicate para estimular la investigación y el decoro en el momento de entregar las informaciones con verdadera cautela.

Se llegó a la conclusión sabia de que es mejor presentar una información tarde pero bien elaborada.

El buen escribir no riñe con la inmediatez con que debe entregarse al público el contenido final, por el contrario, es una exigencia de mayor valor.

La codicia informativa no puede sacrificar el rigor.

Ahora con la evolución supersónica de  la comunicación a través de la multimedia, redes, internet y los nuevos fenómenos, han hecho irrupción unas maneras atípicas que generan toda suerte de falacias, posverdades, manipulaciones y rompimiento del decoro.

Estas neo-comunicaciones no pueden ser incompatibles con irrefutables principios, incluso no escritos, de la buena comunicación.

Gravísimo, incluso, el manejo de las manipulaciones por parte de bots que reciclan intereses particulares para lograr una masiva distorsión de la verdad verdadera.

Son utilizados como mecanismo perverso para torcer voluntades especialmente en los procesos políticos con ejemplos evidentes que resuenan aún en los oídos de los bien informados en recientes manipulaciones que dieron al traste con la verdad sacrificándola en beneficio de veleidosos en busca de poder.

Parece que la exactitud, la honestidad, el buen uso  del rudimento idiomático no importara.

 Hay defensores a ultranza de la mala calidad de textos, titulares, contenidos con el abusivo argumento de la inmediatez.

No se puede sacrificar la cultura enjundiosa que debe transmitirse en estos vehículos para llenarlos en contrario de basura como en una bola de nieve que genera perturbación en el receptor y degradación del emisor.

La avalancha de falacias amén del discutido fenómeno de la precariedad idiomática y la sintaxis perdida en el laberinto de la vanidad mediática se está convirtiendo en una excusa para atiborrar de basura y de desechos los contenidos.

Para muchos las fuentes no importan, las evaluaciones, confrontaciones  y el tamiz son cosas del pasado porque les interesa es que tan rápido entregan  “sus desechos”

Finalmente, complicado que algunos gobiernos hayan comenzado el camino peligroso de las cortapisas a estos fenómenos modernos de comunicación.

Hay ejemplos en algunos países que han creado barreras legales para evitar el fraude comunicacional con mentiras y falacias.

No es deseable que esto ocurra.

Entretanto, debemos retornar especialmente los receptores, la calificación del origen de las informaciones, evaluarlas, meterles baza con la confrontación de medios identificados y serios.

Allá tenemos que llegar tarde o temprano.