miércoles, 22 de septiembre de 2021

HISTORIA CLINICA FAMILIA PATERNA SILVANA

 

ABUELO: GILBERTO MONTALVO QUINTERO

Nunca tuvo intervenciones quirúrgicas

Muerte 69 años

Causa Infarto al miocardio

 

ABUELA MATERNA: NELLY JIMÉNEZ PULGARIN

Ninguna enfermedad preexistente

Intervención quirúrgica cesárea para el último parto

Muerte 76 años

Paro cardiorrespiratorio

 

PADRE

GILBERTO MONTALVO JIMÉNEZ

No intervenciones quirúrgicas

Padece  Presión arterial moderada con tratamiento permanente

 

TIOS

 

Julieta Montalvo Jiménez

Muerte 56 años

Infarto miocardio

Sin antecedentes diferentes

 

Cristina ( 45 )

Muerte por acción criminal

 

Sin antecedentes patológicos

 

Rosario (63)

Presión arterial tratamiento

No patologías preexistentes

 

Ignacio ( 64 )

 

Diabetes moderada con tratamiento

Sin antecedentes de otras patología

TODOS LOSANTERIORES SIN ANTECEDENTES DE PATOLOGÍAS CANCERÍGENAS

 

PRIMAS HERMANAS

CAROLINA (44), MARIANA ( 43 ),JULIANA (40),LAURA ( 39 ) Y ALEJANDRO(35)

NICOLAS ( 21) MANUELA (20)

SIN PATOLOGÍAS PREEXISTENTES

TODOS LOS ANTRIORES SIN ANTECEDENTES DE PATOLOGÍAS CANCERÍGENAS

 

martes, 21 de septiembre de 2021

LA CALLE REAL EL CENTENARIO HOY DE DON JOSE SALGAR

 

LA CALLE REAL

Armenia, septiembre 21 de 2021

 

EL CENTENARIO DE DON JOSÉ SALGAR



 

EL LEGADO DE DON JOSÉ SALGAR

EL 21 DE SEPTIEMBRE DE 1921 NACÍA EL MAESTRO

 

 

Gilberto Montalvo Jiménez

 

“Vea mijo, un boletín oficial venga del palacio que viniere es lo primero que se bota al cesto de la basura  en una redacción seria”

 

Esas palabras con tono paternal no las dijo el  gran Don José Salgar Escobar, hace cerca de 37 años cuando invitado por Josué Moreno Jaramillo, entonces director  ejecutivo de la Cámara de Comercio de Armenia, se reunió con algunos periodistas de la región para compartir experiencias, las de él, por supuesto.

 

Sencillez a toda prueba no obstante tener a su haber la aureola de ser uno de los más grandes periodistas de este país.

 

Ya en el salón de conferencias donde estábamos asistiendo al evento nos espetó algo que es el sumun de la gran controversia en la que terciaba su alumno aventajado Gabriel García Márquez, sobre la invención en el trabajo periodístico:

“No considero lícito inventar en las propuestas periodísticas. La realidad es suficientemente real para que nos metamos a hacerlo. La invención es solo para las obras literarias. En el periodismo se trata de contar muy bien las cosas y decirlas con decoro. El invento en el periodismo no tiene buen recibo y resulta pernicioso.”

Eran otras épocas cuando los gremios de los periodistas se inclinaban por la capacitación y actualización de sus socios antes de que como ocurre ahora que convirtieron esas cáfilas en clubes sociales para defender intereses personales y hacerse a la gracia de los poderes que tanto les gusta.

En deliberaciones interminables  un grupo de inconformes  y con ansias de conocer algo más acerca de esta profesión sucumbíamos ante la necesidad de reinventarnos para encontrar recursos ideológicos frescos.

Recurríamos a donde Josué Moreno Jaramillo, al Sena, a la universidad La Gran Colombia para buscar refugio intelectual  y no tras las sinecuras que hoy les son proverbiales a los que comandan esas agremiaciones periodísticas.

Todo eso se evaporó.

Hoy esperan a que lleguen “fechas especiales” para decorarse o hacerse decorar o piden audiencias para que les regalen un plato de lechona los diciembres en el Parque del Café. Esa es la menesterosa vocación de los que hacen parte de esos gremios.

En el CPQ, por ejemplo, cualquier socio que se atreva a decir estas cosas puede ser despedido de  ipso facto  porque está prohibido por estatutos criticar a esa “benemérita” institución. Los periodistas sancionando a periodistas por lo que opinan. Una desgracia.

Un agente oficioso que ha fungido varias veces como presiente de  esa agremiación vergonzosa y fútil se hizo al garrote de la censura y proscribía la pluma de periodistas y hoy sigue tranquilo invitando a ruedas de prensa para que les entreguen sobres con dinero a los periodistas por eso huelga revisar qué está pasando con  la calidad del periodismo actual.

Y recordando a don José Salgar, hoy día de su centenario, eran los tiempos en que junto con el Sena hicimos un singular seminario regional de periodismo donde aunque me podría traicionar la memoria estaban Roberto Cadavid, Argos, el profesor Fernando Ávila, Juan Gossaín, Yamid Amat, Jimmy García Camargo, la directora de publicaciones de Televisa, en fin un grupo interesante de maestros en donde encontrábamos la controversia, la pregunta libre, el debate.

Recuerdo que muchos de los que hoy se pavonean como encumbrados de la elite de los periodistas domésticos se abstuvieron de asistir “porque no tenían nada qué aprender.”

Otros tiempos, otra gente. Conmueve que hoy reclutan a los muchachos que se gradúan en la universidad del Quindío para que lleguen como borregos a esas agremiaciones con el solo prurito de garantizar a futuro su permanencia con sus votos en los puestos de comando.

Son mezquinos y estoy seguro de que hoy no les mueve la capacitación y la actualización porque ignoran incluso quién fue Don José “El Mono” Salgar, ese portento de periodista.

Esta remembranza hoy día del centenario del  maestro Don José Salgar con todos los pergaminos de ilustre comunicador.

 Y en medio de esta pandemia que carcome los intestinos de la buena comunicación hay elocuentes perifoneadores aupados por cierta institucionalidad mediocre que justifican con alaridos los sobres con dinero para los periodistas  en las ruedas de prensa

Cien años del más grande y atinado formador de periodistas de este país faro ejemplar de dignidad, sapíencia y humildad.

 

 

miércoles, 15 de septiembre de 2021

LA CALLE REAL WHISKY Y CIGARRILLO PARA UN REBELDE

 

LA CALLE REAL

Septiembre 15 de 2021

WHISKY Y CIGARRILLO PARA UN REBELDE

Antonio Caballero
 

 

Gilberto Montalvo Jiménez

 

Inseparables su whisky y su cigarrillo como inseparables fueron las grandes historias del mundo hurgadas con tesón de recoleto o la fascinante manera de encontrarle el ritmo y las cadencias musicales a sus cáusticas columnas de opinión convertidas en el dolor de cabeza de los poderosos con su reiterada manera de insultarlos por siempre aunque fue un ilustre  vástago de esa burguesía sabanera de la cual era su más enconado  detractor, a sabiendas de que  por su venas corrían esos envoltorios de ácido ribonucleico de  la jactancia de sus  poderosos familiares.

A Antonio Caballero jamás le importó su itinerancia por los ribetes ríspidos del poder heredado declarándose por el contrario un sujeto de mala leche que los zahirió hasta la misma semana de su muerte.

 

Su pluma tenía el punzón del florete de los caballeros y con sus dardos reiterativos mantenía a los poderosos vigentes pero con el discutido honor de su putrefacta actitud que Caballero retrataba con maestría.

 

Fue un caricaturista implacable y sus cartones en el periódico El Tiempo marcaron un hito que le causó su retiro porque con esos muñecos elementales y finas líneas tenía alto del suelo al comandante en jefe de la jauría de entonces Carlos Lleras Restrepo, por supuesto, que el siempre gobiernista periódico de los bogotanos no resistía enfrentar al poder que ha sido su aliado por secula seculorum.

 

Su única novela Sin Remedio es la auténtica definición de un angustiado por la falta de amor que en medio de los libros de contabilidad se desata en la búsqueda de experiencias contra la pretendida moral santafereña donde el escritor revela además su terrible inclinación por la poesía en un estilo barroco lo que complementa con un pedazo dedicado a una corrida de toros, su pasión eterna.

 

Una cultura general atiborrante que podaría salírsele por sus orejas, las mismas que en un libelo contra Plinio Apuleyo Mendoza se las amplificó de tal manera que ninguna de las caricaturas de Caballero, Osuna o Vlado las habría reflejado tan bien pero en este caso con palabras.

 

Rebelde, pionero de ese periodismo militante de izquierda con Gabo, Samper Pizano y Santos Calderón, entre otros, acabaron con sus modestos patrimonios económicos pero mantuvieron su indeclinable sarcasmo contra las putrefactas instituciones de este país inviable.

 

Con la muerte de Antonio Caballero seguramente se pierde la voz crítica más altisonante   pero queda su fino humor, sus trazos semánticos de poeta ilustrado, esa manera urticante de lanzar improperios con la fusta del verbo enardecido.

 

Sus malquerientes que fueron muchos, porque como él decía “no escribo para hacer amigos” también han lamentado la partida de quien les jodió sin miramientos su puta vida.