LA CALLE REAL... ELEGÍA ( EN PROSA ) JUAN GUSTAVO COBO BORDA
Elegía (en prosa)
JUAN GUSTAVO COBO BORDA
LA SOGA AL CUELLO
(10 DE OCTUBRE DE 1948- SEPTIEMBRE 5 DE 2022)
Gilberto Montalvo Jiménez
Su corpulencia era
directamente proporcional a su sabiduría, buenas maneras y un excelente culto a
las letras a través del ensayo crítico, la poesía, la edición de revistas amén
de un consumidor irredento de libros de todos los campos que lo exaltaron a considerársele
un oráculo en temas literarios alejado de la pedantería y siempre con un chascarrillo
a flor de labios heredado de sus mayores de la Bogotá de los años sin cuenta.
El maestro Cobo Borda nació,
sin proponérselo, en un hogar rodeado de intelectuales ya que su padre migrante
huidizo de la guerra civil española encontró los brazos amorosos, en ese Bogotá
emblemático y ávido de cultura de
comienzos de la mitad del siglo pasado, de Leonor Borda, prima hermana de
Eduardo y Jorge Zalamea de quienes no hay necesidad de comentario alguno porque están
en el enclave de la alta alcurnia cultural del país.
Juan Gustavo Cobo Borda fue
ejemplo al utilizar todas las herramientas al alcance de la comunicación de la época
para difundir y deleitar a principiantes y entendidos de la cultura universal y
en especial una inclinación por descubrir las grandes plumas que por fortuna ha
producido el país. Radio, prensa, televisión centros culturales, conferencias,
en fin, todo era terreno para no estarse quieto alrededor de la cultura.
En esos ires y venires y
después de estudiar derecho en el Externado, filosofía en los Andes e idiomas
en La Nacional el poeta Nicolás Suescún, propietario de la librería Buchholtz,
le entregó las llaves de la inmensa mole de siete pisos en la avenida Jiménez para que la convirtiera
en su casa de itinerancia y lo relevara de su condición del mejor y más ilustrado librero de
la capital colombiana. Sin embargo, cuentan los narradores de entonces, Suescún
pasaba de vez en vez para notariar a quienes seguían pasando por ese templo de
la cultura y de seguro para inventariar los robos de libros que era la forma de
cultivar la inclinación lectora de la época.
Cobo Borda fue diplomático
en Buenos Aires, Grecia y España en donde rescató valiosísimas obras de muchos
autores que propaló una vez estuvo de regreso en su natal Bogotá. Son muy
comentadas las carpetas de don Baldomero Sanín Cano que encontró precisamente
cuando estuvo de agregado cultural en la capital de Argentina.
Fue subdirector de la Biblioteca
Nacional de Colombia donde nadó como pez en el agua y una vez llegó Gloria Zea
a la dirección de Colcultura lo nombró como su ángel guardián y ahí se inventaron
la Biblioteca Popular de Autores Colombianos a los cuales se tuvo acceso a libros al precio de una tostada de panadería.
Fundó la más importante
revista Cultural que se haya conocido, Eco , donde se pudieron transmitir los
textos y ensayos de los escritores más
prominentes del país y del mundo, de allí dio el salto a Mito otra revista que junto a Gaceta
engrandecieron el bagaje cultural colombiano.
Una vez con Darío Jaramillo
Agudelo su cómplice de mil batallas se metieron en la empresa de la edición y
crearon La Soga al Cuello con la
pretensión de volverse los más grandes editores de Colombia. Primer título de
su cosecha: Consejos para Sobrevivir; el segundo un libro de poemas de Darío y
el tercero Tratado sobre Café del historiador Luis Eduardo Nieto Arteta. Los
dos acuciosos empresarios fueron a pedir el consentimiento a la viuda del
escritor en mención y cuando le dijeron que producirían el libro en la
editorial La Soga al Cuello la
señora casi cae desmayada porque recordó que su difunto marido se había suicidado
precisamente con una soga en el cuello.
Con estos tres títulos terminó
el arrojó editorial de Cobo y Jaramillo.
Hoy 5 de septiembre,
aquejado de una esclerosis múltiple y a un mes de cumplir sus 74 años sucumbió
Juan Gustavo Cobo Borda ante la Parca. Hace poco la Biblioteca Nacional de
Colombia le rindió un exultante homenaje. Quedan en su casa en silencio cerca
de 20 mil volúmenes de libros de todos los géneros a la espera de nuevos
consumidores.
Colombia ha perdido a un
irrecuperable gigante de la cultura.
Armenia, septiembre 5 de
2022